Equipos de alto rendimiento en la dirección de las empresas. ¿Ventaja o necesidad?

Construir el negocio juntos, como un equipo.

Todos los miembros del equipo tienen la responsabilidad de motivarse a sí mismos, y comparten la responsabilidad de crear un clima propicio para la motivación de los demás miembros del equipo.

En las últimas décadas, expresiones como “trabajo en equipo” y “concepto de equipo” se han ha hecho populares en los negocios y la industria. Mientras muchas organizaciones han tenido éxito en la implementación de un ambiente de equipo, a otras les ha resultado difícil pasar de la teoría a la aplicación práctica del trabajo en equipo.
¿Qué hace la diferencia? Incluso en empresas con directivos y empleados con actitudes proclives a tener éxito en un entorno de equipo, a veces no saben qué comportamientos específicos son los que apoyan el trabajo en equipo. En general, sabemos que, en equipos exitosos, ya sea en el deporte o en el negocio y la industria, definen la visión y misión del equipo y sus miembros, y se destacan por establecer metas e implementar un plan de acción.
Todos los miembros del equipo tienen la responsabilidad de motivarse a sí mismos, y comparten la responsabilidad de crear un clima propicio para la motivación de los demás miembros del equipo.
Los acontecimientos de los últimos años han preocupado a la gente por el día de mañana, pues dibujan un futuro incierto. El mundo está soportando un cambio constante a gran escala. La tecnología y la competencia global están provocando la aparición de diferentes modelos de organizaciones, reestructuraciones de negocios y nuevas formas de hacer las cosas. La mayoría de las empresas tienen estructuras cada vez más delgadas y más planas. Las empresas están redistribuyendo el poder y la información, dando a los empleados, en todos los niveles, mayor capacidad de influir en los resultados que nunca. Es justamente en este entorno donde los equipos alto rendimiento y autogestión, no solo sobresaldrán, sino que también serán claves para el éxito.
Un equipo se define como un pequeño grupo de personas cualificadas que trabajan juntos hacia un objetivo o propósito común. La principal responsabilidad del equipo es centrarse en lograr el objetivo que lo unió - y focalizarse en el alto rendimiento. Para alcanzar ese objetivo lo más rápido posible, proponemos las siguientes cinco claves; son altamente efectivas, se han probado en muchas ocasiones y han demostrado que funcionan, tanto para individuos como para equipos:

Cristaliza tus pensamientos

Cuando comienzas un viaje tienes un destino, sabes a dónde vas. De la misma forma, necesitas un “destino” o un objetivo cuando te contratan para hacer un trabajo o te asignan a un equipo. Descubre qué objetivo quiere tu organización que tu equipo logre.
Sólo cuando conoces cuál es la meta o destino puedes dirigir tus mejores ideas y habilidades, y tus mayores esfuerzos, a alcanzar ese objetivo. Nada es más desalentador para un empleado que trabajar duro durante días o semanas, en un determinado proyecto, para descubrir al final que no había entendido lo que se esperaba de él.
Una vez que tengas claro cuál es el objetivo del equipo, puedes dedicarte a su logro en cuerpo y alma. Al igual que probablemente lo haces en un viaje por carretera, necesitas revisar tu mapa de vez en cuando, o mirar tu navegador si lo llevas, para asegurarse de que está viajando por la ruta correcta. Pregúntale al líder de tu equipo y verifica las instrucciones escritas que te dieron para asegurarte de que has concretado tus ideas y te estás enfocando en la meta.
Cuando todos los miembros del equipo saben cuál es el objetivo y entienden claramente qué papel juegan en el conjunto del equipo, entonces están en el camino del éxito. La mayoría de los problemas que encuentran los equipos se pueden atribuir a la falta de concreción de su planteamiento, a la falta de cristalización de sus pensamientos.

Desarrolla un Plan de Acción

Desarrollar un plan de acción es simplemente definir los pasos que hay que dar, y las tareas concretas a realizar en cada uno de ellos, para alcanzar el objetivo general del equipo. El plan de acción es donde el equipo encuentra su dirección, su estabilidad y el foco de su quehacer diario.
Así de simple, un plan de acción detallado es una de las herramientas más efectivas que posee un equipo. Un plan de acción claro permite a los miembros del equipo permanecer focalizados en los pasos y tareas necesarios para alcanzar la meta. Trabajas con más entusiasmo y compromiso cuando sabes exactamente lo que se supone que debes hacer, y serás más competente a medida que avances hacia el objetivo final del equipo.
Un plan de acción significativo se desarrolla en cuatro pasos:
• Hacer una lista de los pasos a dar por el equipo hasta alcanzar el objetivo.
• Definir metas a corto plazo, para los pasos del punto anterior, que marquen el foco del equipo.
• Definir las fechas límite en las que se planean lograr las metas y el objetivo final del equipo.
• Desarrollar un plan de acción individual para cada miembro del equipo mostrando lo que cada persona necesita lograr para ayudar al equipo a alcanzar las metas a corto plazo y, en última instancia, el objetivo final.

Desarrolla un deseo ferviente

Un deseo ardiente es el mayor motivador de cada acción humana. El deseo de éxito implanta en la persona la consciencia de éxito, que a su vez crea un vigoroso y cada vez mayor hábito del éxito. El deseo es la diferencia entre una meta conseguida y un anhelo por conseguirla. El deseo pone en acción tus planes. Sin él, nunca lo conseguirás, por muy valioso que sea tu objetivo o lo viable que sea tu plan.
El entusiasmo es el reflejo exterior de tu deseo interior. Más que cualquier otra característica o rasgo de la personalidad humana, el entusiasmo es el compañero del éxito en cada logro, en cada aventura valiosa, en cada paso adelante en el progreso humano. Ralph Waldo Emerson dijo: "Nunca se logró nada grande sin entusiasmo".
Tu entusiasmo será contagioso. A medida que desarrolles el deseo y el entusiasmo para alcanzar tu meta, tus compañeros de equipo también comenzarán a sentir esta energía. A medida que más miembros del equipo desarrollen el deseo, el impulso se acumula y el equipo será imparable.

Desarrolla y genera confianza

Confía en ti mismo y en tus posibilidades, en que podrás conseguir lo que te has propuesto. Si lo haces, el equipo también confiará en ti.
Nada te da más confianza que saber exactamente las acciones que planeas realizar y el orden en que debes ejecutarlas. Cuando has cristalizado tu pensamiento para saber dónde te encuentras y adónde quieres ir, has sentado las bases para una “confianza suprema”.
Cuando surjan desafíos, e inevitablemente lo harán, mantén el foco en tu objetivo y en tu habilidad para alcanzar ese objetivo. Mantén tu mirada recta hacia adelante y las distracciones no te retrasarán. Los obstáculos son lo que ves cuando apartas la vista de la meta. Confía en que alcanzarás tu meta, ¡y lo harás! Desarrolla “confianza suprema” en ti mismo y en tus propias habilidades. Comienza en cada actividad sin pensar nunca en la posibilidad de derrota. Concéntrate en tus fortalezas, en lugar de tus debilidades, en tus poderes, en lugar de sus problemas.

Ponle determinación

Pon una determinación tenaz de seguir tu plan, sin importar los obstáculos, las críticas, las circunstancias o lo que otras personas dicen, piensan o hacen. Puedes esperar escuchar comentarios negativos de ciertas personas, pero cuando esas personas están en tu equipo, ¿qué deberías hacer?
La respuesta es avanzar hacia tu objetivo. Construye tu determinación con denodado esfuerzo, atención controlada y energía concentrada. No permita que las actitudes negativas o complacientes de tus compañeros de equipo lo frenen. Estos individuos cambian con el tiempo y se adaptan al equipo, o se mantendrán sin cambios y lo más probable es que se vayan del equipo.
No dejes que los demás te distraigan. Espera, no renuncies, y ganarás. Las oportunidades nunca llegan a quienes esperan, son capturadas por quienes se atreven a trabajar con una determinación obstinada.
No importa cuál sea el objetivo, un paso tras otro hará que se cumpla. Por eso es tan importante saber lo que debe hacer a diario, y luego hacerlo.

Fuente: Newsletter "The Total Leader". LMI, Inc.

Vicente Serván

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